jueves, junio 10, 2010

DOCUMENTOS 2010 - A2/Pedemonte

TRABAJO - VIVIENDA



El hombre vive en su trabajo, por más pequeño y humilde que sea; a través de él entrega su ser y se hace cuerpo con el mundo; pretender liberarlo es vaciarlo, quitarle sentido; es entregarlo al hastío, a la inercia, a la pereza, a la degeneración decadente. El problema no está en liberar al hombre del trabajo sino en dejar, en permitir que el trabajo sea auténtico trabajo, mezcla de necesidad y creación, de obligación y juego, de desarrollo individual y común, de esfuerzo y distracción, de ritmo, monotonía, orgullo, alegría y servicio. está en dejar que el trabajo se una al lugar de vida, cerca de la casa, de las casas, de la familia, bien metido dentro de los grupos humanos, en su propio corazón.

Las relaciones capitalistas de producción privada o estatales y la industria mecánica, tal como son actualmente bajo cualquier sistema, han destruido hasta tal punto el placer de trabajar, que el trabajo económico es lo que todos aborrecen. En estos sistemas la eficiencia se mide por los beneficios y por la expansión, resultando el divorcio y la oposición entre producción y consumo, olvidando algo muy simple y esencial: que el trabajo puede ser un “modo de vida”.



El trabajo del hombre es un elemento eminentemente activo y transformador que va determinando nuestro futuro, “por medio de él cada uno se une y se compromete en una cierta sociedad, cuya estructura está destinada a predestinarnos, es decir a habituarnos a su forma. No hay modo de escapar a este hecho como no hay modo de escapar a lo real, de ahí la importancia de tomar conciencia de la imagen del mundo que con nuestro trabajo contribuimos a formar.

Claudio Caveri - El hombre a través de la arquitectura

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