UN PUEBLO EN HORIZONTAL
Vi un
lugar tan quieto como pacífico, un pueblo atrapado por fuertes límites,
pero a su vez muy cómodo dentro de ellos.
Encontré
un pueblo que avanza sin necesidad de moverse, que permanece, que abraza y se
deja consumir por el tiempo, se hace su amigo, sabiendo lo bueno y lo malo que
este conlleva.
Y en
este pueblo encontré gente que no necesita elevarse, que no busca mirar hacia
abajo, maravillada por esa inmensidad de cielo con la que se se funde cada vez
que levanta su cabeza; no necesitan volar, son felices caminando.
Pero
también me topé con personas que desean escapar, y en su idea de trascender ese
horizonte que les fue dado, solo piensan en irse.
Parece
haber únicamente dos soluciones, o amás, o te vas.
Espectadores
de este escenario son los árboles, que audaces se animaron a crecer sin irse, a
acercarse un poco mas a ese cielo y desde su altura se perpetúan como
observadores de este pueblo.
Y así
es como Capilla del Señor avanza, como una calmada línea que se mueve hacia
adelante, casi como una línea horizontal, y digo casi porque en esa quietud con
la que va se permite ir calmadamente hacia arriba y hacia abajo, pacífica,
flexible, procurando ser libre de cualquier atadura,
No
quiere pertenecer al pasado pero jamás pensaría en amoldarse al futuro,
quiere
ser la misma línea que siempre supo ser,
la
línea que fue formada tan azarosa como auténtica,
tan
sincera como despreocupada
y tan
constante como llena de la vida que su gente le sabe dar.
Esteban Pizzaco Fernández
4 comentarios:
Impable
Quise decir: Impecable
Quise decir: Impecable
pizaco ala final!
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