jueves, agosto 24, 2006

El instinto o la mancha de Alvar Aalto.

Sigo................. tratando de responder a algunos comentarios muy punzantes y profundos como el de Whosecare, a quien agradezco su elevada reflexión.
Les comentaba la clase anterior que el blog es interactivo pero ademas muy rico en el trasvasamiento de niveles... que muchas veces podrán encontrar respuestas a ciertas in- quietudes en la pormenorizada visión y lectura de los blogs de los otros niveles... en última instancia otra manera de reforzar el concepto de taller Vertical.
Es ,dentro de este marco, que descubro que en A3 hay un artículo sobre Alvar Aalto y la humanización de la arquitectura que resulta muy esclarecedor
Me refiero a esclarecedor en ese punto álgido en el cual ustedes, como alumnos formados mayorítariamente en los fundamentos de una pedagogía muy dirigista, se ubican cuando se refieren a cierta falta de certezas catedráticas que añoran .
"Falta de certezas" que los angustian y los hacen sentir solos en la búsqueda.
"In - Certidumbre" que les provoca deseos de recibir casi ritualmente las verdades-dogmas de parte del sacerdote de turno (Adjunto)
Certezas que nunca bajaremos como verdades dogmáticas porque tenemos claro que la única y legítima verdad es aquella a la que se arriva después de la exploración personal.
En última instancia tener en claro que no hay verdades que no sean fruto de una construcción conjunta del taller como gran órgano cribador de la realidad.
La verdad es entonces una construcción colectiva cada vez, en cada caso y en cada tema
Nuestro taller es un taller de búsquedas y no un taller de Certezas, menos aún de las preconcebidas, predigeridas como papilla infantil.


“…Cuando me empeño en resolver un problema de arquitectura, me encuentro invariablemente paralizado en mi trabajo por la idea de la realización – se trata de una “especie de soplo de las tres de la madrugada” – debido probablemente a las dificultades causadas por la importancia de cada uno de los elementos en el acto de su realización arquitectónica.
Las exigencias sociales, técnicas, humanas y económicas que se presentan a la par con los factores psicológicos que conciernen a cada individuo y a cada grupo, sus ritmos y el diálogo interior, todo ello constituye un nudo que no puede deshacerse en modo racional.

De ello se desprende una complicación que impide a la idea madre tomar forma.

En esos casos actúo de un modo completamente IRREFLEXIVO; olvido por un instante la maraña de problemas, los borro de la memoria y me dedico a algo que podría llamarse arte abstracto.

Diseño dejándome llevar totalmente por el INSTINTO y, de pronto, nace la idea madre, un punto de partida que aúna los distintos elementos antes citados, muchas veces contradictorios, y que los combina armoniosamente.

Cuando diseñaba la biblioteca de la ciudad de Wiipuri (disponía de mucho tiempo, cinco largos años), me encontré embarcado en diseño infantiles que representaban una montaña imaginaria que tenía distintas formas en sus vertientes, y varios soles en una superestructura celeste que iluminaban con igual intensidad los flancos de la montaña. Los diseños en sí no tenían "nada que ver con la arquitectura", pero de ellos nació la combinación de las plantas y de las secciones cuya íntima conexión me sería muy difícil describir, y que pasaron a ser la idea principal de lo que sería la biblioteca….”
Alvar Aalto - La humanización de la arquitectura (cap.3 "Arquitectura y el arte concreto"). aportado por Federico Sartori docente de A3.

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