Autora:
ROCIO QUINTAS
La primera
bruma que me inundó tras la lectura de los tres textos (no de corrido, sino
decantados a lo largo de tres días) fue un sentimiento de sutil depresión.
Indagando en los motivos de esta "poco racional" tristeza encontré un
cúmulo de reflexiones críticas sobre nuestra coyuntura histórica y cultural.
Al
compartir esta sensación en la ronda de debate en el taller, encontré una leve
desestimación de la expresión de sentimientos sobre una idea por parte de
algunos compañeros. Esto abre toda una reflexión al margen sobre la validez de
argumentar a partir del sentir, o argumentar antes de sentir, que por ahora no
haré más que mencionar.
Felizmente,
como soplados por los primeros vientos otoñales, se fueron todos los argumentos
de esa sensación deprimente con la simple y contundente pregunta retórica de un
compañero: "¿Por qué tenemos que
aceptar el orden establecido?" Este insurrecto lugar común rompió con
la inercia de mala onda que me fue arrastrando de tres artículos aparentemente
inconexos a entristecerme por los divagues acerca de los evidentes problemas
que genera nuestra globalizada "cultura occidental".
Entonces,
ya de otro humor, puedo intentar desmenuzar aquellos argumentos puntuales que
me llevan a pensar en los defectos del sistema capitalista, que es lo que nos
engloba bajo el mote de cultura occidental; y cómo esto repercute en nuestra
identidad cultural.
1) 7 razones para invertir en Azul.
( ... )" el concepto de desarrollo
local se funda en que desde ámbitos locales sean lo actores del territorio los
que, utilizando como medios los recursos que el propio territorio otorga,
coordinen las iniciativas dispersas y mejoren las condiciones del entorno para
generar así un clima adecuado para la realización de negocios" (j!)
Ah! no para vivir mejor??? Bueno, qué esperaba bajo tan
inspirado título...
Semejante
marco teórico para la presentación de datos duros sobre la ciudad de Azul,
sazonado con la "picante" cita de Bill Gates, denotan la
intencionalidad con que se recorta la información que pretende brindar el
artículo.
Si bien
entiendo como fundamental, aunque insuficiente, el conocimiento de datos duros
del lugar a los fines de la labor proyectual, me permito dudar de la veracidad,
o al menos de la imparcialidad en la manipulación de los datos aportados por
los amigos del Dr. Duclós, intendente de Azul.
Tristemente
veo como una vez más, siguiendo las costumbres más neoliberales, los
gobernantes que ponen al estado al servicio de los intereses privados, no
tienen pudor a la hora de ofrecer toda una ciudad a la venta. Aún haciendo
hincapié en el potencial extractivo de su territorio.
2) Francisco Salamone en la
provincia de Buenos Aires, gestión patrimonial de su obra.
Lo que
decantó en mí tras la lectura de este artículo fue la poco feliz censura por
omisión que, entre otros factores, los amigos del racionalismo provocaron en un
exponente de la arquitectura tan prolífico y con una producción de arraigo
cultural, como Francisco Salamone.
Ahora me pongo por costumbre del
lado del excluido.
Indudablemente el contexto histórico de Salamone influyó en su obra, así como
influye en nosotros para la valoración actual de su legado.
Lamentablemente,
también influyó en sus contemporáneos racionalistas, quienes, con una postura gregaria
y excluyente, en pos de acrecentar su movimiento invisibilizaron a quienes
encarnaban otras búsquedas estilísticas.
Esta perspectiva histórica hace
necesaria la reivindicación puntual de este caso y plantea además la dificultad
de construir una identidad cultural alimentada por una diversidad de
expresiones que convivan sin menoscabarse.
3) Geocultura del hombre americano.
Tecnología y cultura.
Concuerdo
con Kusch cuando define la tecnología como producto intrínseco de una cultura determinada.
Así el fruto tecnológico de una cultura
no puede ser sanamente trasplantado a otra, ya que es la acción del hombre como
respuesta a una necesidad que le genera su entorno.
El
trasplante de tecnología, está hoy camuflado bajo el paraguas de "cultura
global", que no es más que el argumento teórico para imponer un incesante
tráfico de mercancías que mueve los engranajes del sistema capitalista.
Esta
cultura global, genera dudas de identidad que tienden a romper la coherencia
interna de una cultura local en la que los elementos
místicos-racionales-icónicos y de supervivencia en un territorio específico
están en equilibrio. La pérdida de la escala humana de la cultura local es lo
que define la salud (o falta de) del entorno.
La ruptura
de este equilibrio produce ansiedad e individualismo, ambas calmadas momentáneamente
sólo por el consumismo de tecnología.
No sabemos quiénes somos, por ende no sabemos qué necesitamos. Tenemos
necesidades que no vemos, necesitamos tecnología para resolver problemas que no
tenemos, necesidades que no son nuestras. Nuestra propia angustia existencial nos
aparta de la integración comunitaria, de la construcción de identidad cultural
y nos hace alimentar la rueda del consumo.
Disiento
con Kusch en una pequeña afirmación que hace del mundo aymara. Yo no creo que
quieran "salir al mundo" ya que en una cosmovisión coherente, sea
cual sea, el mundo es "mi mundo". Para el caso que cita, de un aymara
que no accede a la innovación tecnológica por hallarla innecesaria para su
estilo de vida, no es que ese hombre quiere "salir al mundo por sus
propios medios" puesto que no está fuera del mundo. El mundo para él ES así, y lo irá modificando en la medida que sus necesidades
se lo pidan.
Conclusión:
Supongo
que muchos compañeros van a estar de acuerdo en que la arquitectura es
intrínseca al momento histórico, geográfico y político en que surge. Así, el
valor arquitectónico de una u otra obra emerge fruto de su contexto cultural.
Ahora voy
a plantearlo todo como un problema de lógica: si aceptamos sin más la
globalización como la cultura universal en la que estamos inmersos y no tenemos
por ello derecho a deconstruirla, nos subimos a la ola del progreso y desde
allí juzgamos como necesarios todos los efectos colaterales del consumismo,
tomamos como "propia" la llamada cultura occidental y nos sentimos
ciudadanos del mundo, encontraremos que nuestra arquitectura será
inevitablemente trasplantable y fruto de una cultura de muy escaso arraigo
local. Lo mismo una torre en Barcelona, que en Beijing que en Bahía Blanca.
Quienes estemos en la búsqueda de
una arquitectura enraizada en su contexto histórico y geográfico, deberemos
reconocernos partícipes en la construcción de identidad cultural.
5 comentarios:
a la una en el matadero no?
si a la 13hs en el matadero y 17hs en la plaza.
Rocio que bueno!!!!!
nunca pensaste que capaz te vino y por eso te deprimiste?
Y a vos quién te dijo que hay que deprimirse cuando menstruás?
Days?
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