lunes, abril 09, 2012

textos_INDAGACIÓN ESCRITA


Autora: Soledad Fátima Pintos

Cada época responde a un estilo propio producto de su contexto histórico. Salamone es un claro ejemplo de la década del '30.
Su amplia obra, a lo largo de la provincia de Buenos Aires, nos demuestra el uso de un lenguaje exuberante que expresa con opulencia y solidez morfológica un periodo caracterizado por un exaltado ego nacional, una figura divinizada del estado y, al mismo tiempo, la opresiva atmósfera que se venia instaurando en el mundo.

Hoy en día resulta difícil trasladar esa estética a nuestra realidad cotidiana, si bien resulta prácticamente imposible juzgarla de manera objetiva, es claro que para bien o para mal nos encontramos viviendo en un mundo en el cual la actualidad solo se da lugar de manera veloz, y en lo cual nos hemos habituado a digerir la información de forma procesada.

La arquitectura misma responde a las necesidades del mercado de alta productividad y de funcionalismo. Un estilo como el de Salamone no seria aceptado por
los espectadores actuales, acostumbrados a la versión simple y rápida de la idea ya que la sentirían como una imposición ruda, casi un ataque visual a sus pensamientos.

La cultura engendra a la tecnología, es decir que esta nace en respuesta de las necesidades de un determinado lugar.
Desde un punto de vista teórico resulta fácil afirmar, como lo hace el autor del texto, que la tecnología extranjera fomenta la segregación y la incoherencia social, pero la realidad es que una parte importante de nuestra cultura es consecuencia de inmigrantes de distintos origines que buscaron en nuestras tierras un nuevo comienzo, adaptándose a nuestra realidad y aportando cada uno, un poco de sus culturas, finalmente sentando las bases de nuestra cultura actual.

Quizás la clave está en saber adaptar esas respuestas a nuestra realidad, moldeadas con nuestra cultura y hacerlas propia 

1 comentario:

Rocío dijo...

"La actualidad se da de manera veloz" me gusta esa frase por como refeja el vertiginio que nos lleva a perder de vista los procesos por estar demasiado ocupados en los resultados.