martes, mayo 08, 2012

EL TALLER TRABAJANDO - A2/2012
  
Hecho fundacional


















La contundencia material con la que el ejercicio del tanque-antena-mirador en Azul se expresó esté lunes en el taller es una clara demostración de que la lógica reductiva según la que los arquitectos para desarrollar una propuesta debemos avanzar de lo general a lo particular es una construcción falaz.

La noción de materialidad está presente en el inicio del desarrollo de un proyecto. La preeminencia de las categorías abstractas que privilegian las relaciones funcionales por sobre la expresión material de nuestra arquitectura, no hacen otra cosa que ser funcionales a la implantación de modelos que contienen ya una carga definida.

De esta forma, nuestra disciplina queda vaciada de sentido y solo nos queda el espacio para manipular formas y contenidos preestablecidos sin debate sobre su sentido, pertinencia tecnológica y contenido expresivo. Quedamos de esta forma aislados en un supuesto campo disciplinar y desvinculados del medio en el que se produce nuestro quehacer.

Los alumnos nos han demostrado que la decisión de pisar sobre lo concreto no es un problema de “conocimientos previos” sino de profunda decisión. Estar hablando en el inicio del proyecto de la materialidad asumida es sin dudas un hecho transformador que merece ser reconocido. Entonces, nos regalamos imágenes de trabajos y una merecida cita de Claudio Caveri.


































“Si nuestro “cuerpo” deja de ser ese obstáculo del que hay que desprenderse para que el alma en su vuelo espacial piense.

Y….¿Sí esa obstinada y terca carne, es la que nos fuerza a pensar, la que nos empuja a no evadirnos en la pura y abstracta racionalidad binaria y nos obliga a penetrar en el alegre y doloroso misterio de la vida?

Si esto fuera así:

“Ya no haremos comparecer la vida ante las categorías del pensamiento, sino que arrojaremos el pensamiento en las categorías de la vida”.

¿Dejaremos de repetir como loros, expresiones que depositaron en nuestro puerto, llámense puras estructuras abstractas de relaciones, angustias existenciales, simulaciones de cartón pintado o afanes deconstructivos, que terminan en desastre?

¿Habrá llegado la hora que nuestra arquitectura exprese simbólicamente en su materialidad una nueva forma de sentido y de sentir?”.

Claudio Caveri. Y América ¿qué?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las relaciones funcionales también pueden y deben ser discutidas, como parte de la discusión sobre nuestra arquitectura. La materialidad no es lo único a discutir ni lo único que aporta sentido e identidad a lo que hacemos. Materialidad y relaciones funcionales están en un mismo nivel de importancia en el quehacer arquitectónico.Hablar de materialidad sin relación funcional también genera que "solo nos queda el espacio para manipular formas y contenidos preestablecidos sin debate sobre su sentido, pertinencia tecnológica y contenido expresivo"

Anónimo dijo...

Piano, piano si va lontano

Anónimo dijo...

mas vale pescado en mano que mil pichuelos por ahi

Marcelo dijo...

Sin duda las relaciones funcionales pueden y deben ser discutidas.
Forman parte de la arquitectura pero no son ellas solas la arquitectura....como algunas escuelas de ensenanza de nuestra materia insisten decir.
Entender la materialidad como una mera envolvente del uso ,como el continente del uso es simplificar lo arquitectonico casi banalmente, me atreveria a decir que a caricaturizar lo arquitectonico.
En el mundo actual de nuestra facu nuestras maneras arquitectonicas necesitan reforzar el punto de lo material tectonico como algo mas relevante y esencial que el ropaje de un uso.
Tal vez deberiamos reflexionar sobre el porque de la nominacion de nuestra carrera y mas aun de nuestra materia Arquitectura ..del gr Arge principio fundamental tectum techo.
Esto es tener en claro que lo referido al tectum ,esto es lo tectonico, es en nuestra maravillosa ciencia inexacta,la arquitectura, desde su inicio algo prmordial.
En sintesis entender el uso , lo funcional como la actividad vital que plenifica la arquitectura nos resulta tan provocador como necesario.