Dejar las cosas en su realidad, pero hacerse cargo de esa realidad, no su orden objetivo (siempre de un sujeto dominante) sino su orden propio, interno, real, ese orden que es la estructura misma de lo real, por más pobre, precario y bárbaro que sea...
La realidad física posee su propia estructura constitutiva, que no es un armazón de conceptos abstractos, sino una serie de relaciones y conexiones que integran un todo del que la inteligencia y su función simbólica forman parte.
...en fin, un pensar encarnado y seminal, es entonces aprender lo que puede un cuerpo, nuestro cuerpo y nuestra gente, su actitud, su postura, sus impotencias, sus posibilidades, sus hábitos y repeticiones, y sentir por todo ello una gran ternura, pero al mismo tiempo un gran vigor para reconstruir nuestra con-vivencia.
Claudio Caveri - Fragmento Sistemas Sociales a través de la Arquitectura (1968) y Mirar desde aquí o la visión oscura de la arquitectura (2002)
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