“Arquitectura orgánica es la arquitectura de una democracia orgánica.”
F. Lloyd Wright
... Pero siendo esa arquitectura tan distinta de la corriente y tan bien definida, debe haber rasgos y características que puedan señalarse y ayuden a entender su naturaleza.Cuando Wright dice: “Una arquitectura orgánica, la verdadera arquitectura de una democracia” o “Arquitectura orgánica es la arquitectura de una democracia orgánica” o bien, “Arquitectura orgánica es una arquitectura profunda” no nos aclara el carácter esencial de la suya. Pero en su “Autobiografía” y en sus diferentes escritos fija una serie de condiciones que debe reunir la arquitectura orgánica y que dan sentido a sus definiciones aproximativas. En todo lo que ha dicho hay un común denominador y es el carácter de cosa natural que quiere poseer y la relación que debe tener esa arquitectura con la naturaleza. F. Lloyd Wright
Pretender dar una definición de arquitectura orgánica, sería justamente proponer lo opuesto a orgánico; definir algo es en cierto sentido paralizar o estereotipar lo que se pretende definir. Lo orgánico, por el contrario, debe estar permanentemente en estado de crecimiento y, como algo vital, en continua mutación. Arquitectura orgánica es un ideal y como tal inalcanzable, según el mismo Wright lo dijera: “El fin ideal de una arquitectura orgánica nunca es alcanzado. No lo necesita. ¿Qué ideal valedero ha sido alguna vez conseguido?”
...Wright era un paisano, un hombre de la tierra con la terrible paradoja de aspirar a construir algo natural –anhelo demiúrgico– mediante el empleo de elementos producidos industrialmente, es decir, artificialmente. Si Wright hubiera tenido que trabajar con técnicas primitivas y con productos tomados directamente del suelo, habría dejado hermosos ejemplos de arquitectura popular. En síntesis, toda su intención estética es ligar e identificar su obra con el sitio. Los materiales que utilizó, la forma de unir sus obras con la tierra y la terminología con que designaba las distintas partes de sus edificios, todo en él tendía a exaltar y relacionar su obra con la naturaleza.
...Wright nunca construyó un edificio con el esqueleto completamente discriminado; no sólo hubiera resultado poco natural sino que también el edificio habría perdido su ligazón con la tierra. Además, piénsese que la mayor parte de su obra se encuentra en el campo, fuera de la ciudad artificial. Cuando construyó en la ciudad sus resultados fueron menos felices. Frente a la ciudad, Wright fue implacable y la ciudad es lo más artificial que ha hecho el hombre. En cambio canta loas al campo que le franquea la visión más directa a la naturaleza. Su vida, su casa y su escuela están en el campo. .
...Ese carácter de los edificios que aquí se muestran es lo que debe interesar a ustedes, sean quienes fueran.” Si quisiéramos comparar un edificio clásico, por ejemplo el Panteón de Roma, con un producto natural, elegiríamos un cristal, pero para comparar una casa de Wright, sólo un árbol –lo vegetal– se presta para la semejanza. Creo que si se le hubiera presentado a Wright la casa Farnsworth de Miës van der Rohe y una de esas casas populares, productos de una larga decantación, y se le hubiese pedido sus preferencias, sin duda hubiera elegido la segunda.
Ese carácter natural, de cosa que crece, que quiso dar a su obra y que era opuesto a la naturaleza artificial de lo construido, está senalado en estas palabras suyas: “Está en la naturaleza de cualquier edificio orgánico crecer en su sitio, salir de la tierra a la luz. La tierra misma debe ser mantenida como parte del edificio y así se tendrá primariamente el nuevo ideal de un edificio orgánico.
Un edificio dignificado como un árbol en medio de la naturaleza.” Condición fundamental para que una arquitectura sea orgánica es que los materiales se utilicen honestamente y de acuerdo con su propia naturaleza; Wright insistió constantemente en ello, “...según puedo verlo ahora, no es posible la existencia de una arquitectura orgánica, allí donde es ignorada o mal entendida la naturaleza de los materiales.” Estos conceptos explican su fundamental oposición a lo que se ha dado en llamar “arquitectura internacional”: uno de sus mayores pecados es que el edificio, en este tipo de arquitectura, se halla sobre pilotes, “desligado de la tierra”...
En sus escritos Wright menciona y nos da referencias sobre arquitectura orgánica en muchas oportunidades. Entre otras cosas decía: “Integración, o aun la verdadera palabra ‘orgánico’, significa que nada tiene valor salvo que esté naturalmente relacionada con el todo, en la dirección de un fin vital y que sea una verdadera parte de una entidad.” “Edificio orgánico, igual a un edificio natural o un edificio integral.” ...Cuando se dice Forma y Función son una sola, sólo entonces se toma un mero hecho dentro del dominio del pensamiento creador. Yo diría que en esa diferencia de expresar un hecho está la real diferencia entre trabajo orgánico y el del profesado funcionalismo (La gallina y los huevos).” Resumiendo el pensamiento de Wright, podemos decir que un edificio orgánico debe ser acogedor y dar la sensación de proteger. Tiene que ser fácil aproximarse a él; cuando llueva o nieve siempre habrá un rincón donde protegerse; el edificio debe dar la sensación de haber crecido en el sitio; su plástica debe entretejerse con la del ambiente circundante; también podría decirse que el edificio debe tener algo de mimético; debe ser construido con pocos materiales y lo más naturales posibles; debe ser muy simple; sus espacios interiores deben ser una continuación de los exteriores; en él, todo debe suceder en forma “natural”; la simplicidad y el empleo de pocos materiales concurrirán a dar al edificio la unidad y coherencia indispensables a la arquitectura orgánica como toda buena arquitectura; el edificio debe formar un todo indivisible, en el que estarán integradas las diversas partes...crecerá armónicamente y cada parte irá ocupando el sitio que le corresponde; la obra debe ser fresca y espontánea; sus formas deben ser originales como lo son las flores y las cosas de la naturaleza. ... La arquitectura de Wright es una muestra de que la obra debe ser concebida mentalmente como una unidad integral. A la fuerte mentalidad de Wright se agrega el hecho de que en él existe el instinto vital popular que le da su naturaleza paisana, la que otorga a su obra frescura, espontaneidad y rica variedad.
Eduardo Sacriste
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