martes, marzo 05, 2019

Dibujo porque quiero percibir


Un dibujo representa no solo la abundante comida de la manada pintada en la piedra, también es un llamado, una invocación, un augurio, un futuro promisorio, una buena caza. El dibujo es un deseo.

En arquitectura la representación en general y el dibujo en particular, han sido desde siempre una necesidad ineludible para buscar, desarrollar y contar. Transformados en palabra, texto, idioma propio, son expresión de una visión, de nuestro deseo de arquitectura. Asi, si no hay deseo, si no hay una visión, uno no tiene fines, se entretiene con los medios y la técnica del dibujo se transforma en finalidad, virtud en si misma.
Por otro lado el dominio de las técnicas, su investigación, elección o creación, son imprescindibles y la relación entre medios y fines es directa: si no cambiamos los medios, los resultados del proceso no serán muy distintos, si equivocamos la técnica o reducimos el arsenal a pocas herramientas, la búsqueda achica su horizonte.

En nuestro medio, la representación de arquitectura ha sufrido una distorsión y una reducción de herramientas. La búsqueda, la investigación, núcleo de la educación universitaria, se ha visto influenciada por la forma de documentar, de expresar a otros lo ya definido, de hacer planos para construir. Tan bellos y útiles como un croquis, son también la expresión de un deseo, de un antílope que quiero cazar, pero no sirven para buscar, proponer, discutir, revelar. Como el render, el plano de documentación es una técnica precisa, compleja, lenta, llena de certezas pero no de dudas.

 
Nuestro compromiso en Arquitectura 2 es el enseñar investigar con  una técnica expresiva, ágil y adaptable a cada circunstancia; una técnica que esté directamente relacionada con el investigador, una herramienta apropiada a cada tiempo y lugar, propia, personalizada, como una mano que piensa. 

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