Facultad de Arquitectura en el Mes de
mayo en el Año del Señor de MMXV
Casi
cincuenta alumnos reunidos en un taller de Arquitectura 2 en su primer día de
clases, o mejor dicho, en su primer día de contacto con sus docentes, con toda
la expectativa e inseguridad que la ocasión conlleva al no saber si la elección
de la cátedra ha sido la correcta porque, a decir verdad, la oferta de cátedras
superando la veintena hace que las dudas a la hora de suscribir a tal o cual de
ellas y después de haber titubeado y preguntado una y otra vez a amigos
experimentados por antigüedad en el claustro, produce en el alumnado como mínimo,
algo de incertidumbre…
Esta es una
cuestión que se ira develando a medida que el curso vaya avanzando con la guía
de los responsables de su formación en esta etapa de sus carreras.
Las convicciones
y certezas de los docentes que saben o intuyen cuales son los rumbos que los
alumnos deben recorrer de formas a veces zigzagueantes buscando aguas profundas
o vientos favorables, tienen como objetivo final formarlos tanto en el
transcurso como en el final del viaje, reconociendo que llegar sin disfrutar
dicho viaje, no tiene ningún sentido y que las aguas al principio oscuras, con
temple, interés, pasión y esfuerzo por parte de todos, se vayan tornando
turbias y luego cristalinas.
Volviendo al
instante de la presentación, se para frente a los alumnos todo el cuerpo
docente y mientras los presentes esperan escuchar alguna primera reflexión o
genialidad de parte de sus flamantes y desconocidos mentores, un atractivo (¿) pero
un tanto desalineado que paso la barrera de los cincuenta hace unos pocos años
y que aparenta ser el jefe del taller dice:
“Que
levanten la mano quienes tienen tatuajes”…
Absortos
pero al mismo tiempo descontracturandose alegremente por tal ridícula forma de
comenzar una relación que va a durar casi un año, al menos una veintena
levantan su mano…
¡¿Como
puede ser que ese tema que no tiene absolutamente nada que ver con arquitectura
sea lo primero que se le ocurre decir a este sujeto?!
La cuestión
es que por más trivial o superficial que parezca, cuando alguien decide
tatuarse, generalmente ese tatuaje lleva tácita o explícitamente un mensaje
personal representativo de hechos o situaciones que tienen que ver con algo mas
profundo que una simple decoración en la piel, y que tienen que ver con rasgos
que nos definen como personas, como individuos, que revelan nuestras
identidades por su simbolismo.
Sin esa carga única y particular,
son solo dibujos decorativos vacíos de contenido. Y ahí si se tornan triviales
y superficiales. Lo de los tatuajes fue el puntapié inicial de un juego de
búsqueda personal de particularidades que cada uno de nosotros llevamos en lo
mas profundo de nuestro ser. Y a veces no lo sabemos. En este juego la
introspección y el bucear en nuestra historia, vivencias, infancias, recuerdos,
sabores, gustos, aromas, son las que nos
transportan a situaciones que nos marcaron y nos forjaron construyéndonos, y
nos siguen construyendo haciéndonos ser lo que somos, poniendo en blancos,
grises y negros todo lo que sentimos como propio y que nos hace ser únicos e
irrepetibles.
Es divertido
ver los resultados, murales identitarios compuestos con elefantes de la India,
con torres Eiffel, motos, platos de tornos, paraguas, rubíes, zapatos, molinos,
engranajes, relojes, pianos, auriculares, auriculares…torres
Eiffel…auriculares…un buda, cactus, mas auriculares…e infinidad de objetos y atmósferas que le pertenecen a cada uno de ustedes.
Más allá de los desaciertos ya que estamos aprendiendo, de esa expresión personal de identidades, de elegir objetos pertinentes se trata esto de saber quienes somos y quienes no, que nos representa y que no.
Más allá de los desaciertos ya que estamos aprendiendo, de esa expresión personal de identidades, de elegir objetos pertinentes se trata esto de saber quienes somos y quienes no, que nos representa y que no.
Y la única forma de vincular todo esto tan complejo y dispar, de poder expresarlo, es a través del arte, y es la mano y la mente del artista donde un perro puede convivir en armonía con un pez del Japón, aunque el dueño de semejantes mascotas se haya criado en lo mas profundo de nuestras Pampas…
Arq. Alejandro
Falabella, ADJ.
1 comentario:
Releyendo este escrito faltó aclarar que no se está haciendo un juicio de valor en los fragmentos elegidos, precisamente lo difícil era saber cuales elegir para que las imágenes los representasen, vincularlos y hacer de ellos un todo.
El ejercicio fue muy bien resuelto por todos, le han puesto mucho entusiasmo y han demostrado mucho interés en la propuesta, han producido composiciones pertinentes, atractivas y con mucha belleza.
Les agradecemos a todo el curso el compromiso asumido, los esperamos el lunes para el cierre de esta etapa e inicio de la búsqueda de la identidad de Sierra de los Padres.
Ale Falabella
Publicar un comentario