La volumetría del edifico se va escalonando hacia la
medianera mas alta.
Buscando respaldarse en el Hotel Azul, Gianni Ariel de
Cunto entiende la necesidad de respetar a sus linderos y comienza por
interpolar con arquitectura, espacios y elementos estructurales la diferencia entre ambas alturas.
Con una planta baja muy libre, el espacio público del edificio invita al recorrido y a su vez
se comunica con la planta baja del hotel generando el vínculo cultural
gastronómico que al mismo le falta.
Por encima de un espacio de doble altura con
actividades diversas, comienzan a encolumnarse los departamentos hacia adelante
potenciando la vista con la plaza principal y hacia atrás con el fondo del terreno y con
vista lateral escalonada hacia la iglesia.
Aparece en el centro de la volumetría otro espacio de
aire que, en su justa medida, equilibra la totalidad entre el vacío y los
llenos.
Por otro lado los vacíos de patios del Hotel Azul se incorporan al
nuevo edificio por la necesidad de diálogo y de reconocimiento de proporciones.
El edificio entonces reconoce todas las variantes que el entorno le presenta, adaptándose, dialogando y generando un equilibrio justo para el lugar.
Fernando Brunetti