¿De qué hablamos cuando hablamos
de elementos dominantes y subordinados?
Si bien se trata de una par de
conceptos que parece responder al sentido común, estos conceptos esconden una
gran complejidad. La idea elemental es que para que exista un orden debe haber
una relación de dominio y subordinación entre dos o más elementos cualquiera.
Como todo par de conceptos, éste implica una tensión, siempre
irresoluta, cuya proporción de fuerzas es cambiante a lo largo de la historia
de las artes y la arquitectura. Esa proporción cambiante, esa variación entre
culturas, movimientos y estilos, dice mucho sobre la visión del mundo de cada
cultura y hoy en día puede decir mucho sobre nosotros mismos.
En primer lugar, no se trata de
un concepto natural, el universo no tiene partes más importantes que otras,
todo es fundamentalmente igual (1).
Entonces si no es natural, es un concepto puramente filosófico (2), está en nuestro juicio de valor
determinar que es más y que es menos importante. Que no sea natural no
significa que no sea intuitivo, para entender el mundo en toda su
complejidad necesitamos ordenarlo, y para ordenarlo si o si tenemos que
jerarquizar lo que nos rodea.
Tradicionalmente, en el arte y la
arquitectura clásicas el concepto de orden está asociado al de proporciones.
Las proporciones(relaciones de tamaño) se dan entre objetos y
formas. Hay formas principales y primitivas que determinan (a partir de las
proporciones) el tamaño y la disposición de todos los elementos de la
composición. Pero esta operación puede ser invertida, se puede partir de los
elementos particulares, de ahí la importancia de los órdenes de las columnas
clásicas, y expandir hacia las formas generales. Es decir que dominados y
dominantes se mezclan y hasta cierto punto se equilibran.
La lógica atrás de estas
operaciones era que la proporción derivaba de las proporciones fisonómicas del
ser humano, por lo tanto si se las aplicaba a la arquitectura (o al arte para
el caso) el resultado iba a tener una escala humana que lo hiciera apreciable o
incluso (según se interpreta normalmente) perfecto (3).
Las proporciones derivadas de la anatomía humana
El Partenón
Los órdenes clásicos
El Panteón de Agripa
Ese mismo tipo de transpolación
se da intencionadamente en otras culturas a partir de diferentes esquemas de
proporciones las más veces relacionadas con elementos naturales (terrenales
o astronómicos) de fuerte peso simbólico y mitológico. En todos los
casos la operación parte de una figura, un objeto, un espacio, que domina y se
expande a otros subordinados.
Teotihuacan, conjunto de la Pirámide de la Luna
Giza, complejo de Pirámides
Machu Pichu
Pero la relación no aparece
solamente en aquellas obras representativas de fuerte peso simbólico. En toda
ciudad, en toda vivienda o conjunto de viviendas, en general en cualquier
espacio habitable, de cualquier civilización se detecta la existencia de espacios
más importantes y otros menos importantes subordinados a los primeros.
Algunas veces el espacio principal es interior, otras exterior, a veces es un
espacio de uso común, otras veces un espacio con carga mítica/religiosa, otras
un espacio de trabajo o de seguridad y muchas otras veces todo eso combinado.
Siempre esta importancia refleja las costumbres y necesidades de cada
cultura.
Casa Romana tipo
Manzana en Teotihuacan
Conjunto de habitaciones, Valles Calchaquíes
Sin entrar en detalle en el
desarrollo de esta tensión en la historia del arte podemos marcar un par de
puntos claves. En el Renacimiento (siglo XV-XVI) se retoman
parcialmente valores y lógicas de la antigüedad clásica y se generan
herramientas que permiten llevar la idea de proporción a las 3 dimensiones. De
vuelta la intención es lograr un equilibrio, un conjunto
perfecto (4). Cuando el equilibrio (social,
cultural) se rompe hacia fines de ese siglo lo que surge es y no una pulsión
hacia la perfección sino una necesidad de comunicar, de convencer. En el Barroco
(fin de siglo XVI al XVIII) se toman las herramientas
desarrolladas previamente y se las pone en función de contar una historia
(religiosa), de provocar un sentimiento (religioso). Ya no hay
dudas de cuáles son los elementos que dominan y cuales acompañan para
reforzarlo. Se lleva la tensión al máximo (5).
Tempietto en San Pedro Montorio, Bramante, Roma, 1502
El Hombre de Vitrubio, estudio de proporciones de Leonardo da Vinci
La ciudad ideal renacentista, 1480-90
Planta de San Carlos de las Cuatro Fuentes, Borromini, Roma, 1634-44
Cupula interior de San Carlos de las Cuatro Fuentes, Borromini, Roma, 1634-44
El Triunfo de la Inmaculada, de Matteis, 1710-15
Altar de San Andres Quirinal, Bernini, Roma, 1658-70
En la arquitectura moderna y
contemporánea no existe una unidad de criterios, aunque en la gran mayoría de
los casos hay presente un elemento (o varios) claramente dominante. Este
elemento puede ser destacado por su función, por los flujos y movimientos que
permite/provoca o algunas veces por su valor simbólico, incluso por su función
estructural, pero en todos los casos es el que da la impronta al
proyecto.
Capilla de Ronchamp, Le Corbusier
Museo Guggenheim Bilbao, F. Gehry
Museo Sayamaike, T. Ando
Biblioteca y Centro de Aprendizaje, Z. Hadid
Centro de Tiro con Arco Olimpico, E. Miralles
¿Qué hay más allá del dominio?
Tramas, texturas y campos
Existen a su vez posturas que
niegan la existencia (o por lo menos la necesidad) de elementos dominantes y
subordinados. Las razones para está negación son variadas.
Una trama es una
repetición de elementos iguales entre si (ninguno más importante que otro) que
conforman un todo. Cuando la arquitectura se centró históricamente en la resolución
racional de problemas (habitacionales, técnicos, constructivos, etc.) la
solución en muchos casos pasó por la repetición de módulos estructurales
racionales. Si uno hila muy fino puede encontrar en el modulo mismo situaciones
de jerarquía, pero el punto central está en la negación de la misma en pos de
una racionalidad neutra, científica. El resultado en general es una sensación
de deshumanización del espacio y no es casual ni necesariamente negativo.
Estructura de H° en construcción de Brasilia
Nave industrial tipo
Mezquita de Córdoba
En el arte contemporáneo (de 1940
para acá) se puede observar una cantidad de obras que se centran en la creación
de superficies y/o espacios que renuncian a la composición (por lo menos leída
en clave clásica) e intentan tocar fibras más primitivas que tienen que ver con
las texturas y el color puros, sin formas aparentes. En lugar
de tratar de superar la jerarquía, acá se intenta volver a un estado más
inocente, de sensaciones puras.
Naranja y Amarillo, M. Rohtko
Convergencia, J. Pollock
Una búsqueda más teórica en la
arquitectura es la que se eco de teorías científicas(6) para intentar encontrar una
relación diferente (abstracta, no mimética) con la naturaleza (así como el
hombre clásico la buscaba desde las proporciones). El resultado arquitectónico
puede resultar similar a una textura, una estructura espacial o una trama
complejas y el objetivo, más allá del ejercicio intelectual, muchas veces es
generar sensaciones primitivas, escapar a la categorización racional.
Memorial del Holocausto de Berlín, P. Eisenman
Torre de viviendas en Montpellier, S. Fujimoto
Hospital para Venecia, Le Corbusier
Y entonces ¿Por qué pedimos que
aparezcan figuras dominantes y dominadas en nuestras composiciones?
Sin entrar en detalle, la
composición es para nosotros y ustedes, una forma de reelaborar los
datos culturales (los fragmentos) con los que contamos. Es una
reelaboración porque el resultado no va a ser igual a la suma de las partes.
Tenemos que jugar entre dos extremos, por un lado el del orden absoluto y por
el del otro el del caos. Si la ordenamos según valores completamente racionales
la composición nos va a devolver exactamente lo que le pusimos. Si por el
contrario acumulamos elementos sin ton ni son cuando vayamos a buscar nos va a
costar muchísimo entender nuestra propia obra. Lo ideal es generar una especie
de caos controlado, que nos sorprenda pero que seamos capaces de entender,
de reconocer sus partes componentes y algunas de sus reglas (aunque no hace
falta que todas).
Por otro lado el intentar darle
cierto orden nos permite conocer más y mejor las partes que la componen, para
poder ordenar hay que primero reconocer las lógicas internas.
Reconocer y definir figuras
dominantes y subordinadas nos
parece entonces que nos da un principio de orden y a la vez nos acerca
a una lógica arquitectónica; más allá de todas nuestras vueltas vamos al
final de cuentas hacia un proyecto arquitectónico.
Composición y constructo, Clements
Planta Estanzuela, Clements
Corte Mutual, Clements
Composición y constructo, Santa Cruz
Constructo y Atalaya Sierras de los Padres Santa Cruz
Planta Estanzuela, Santa Cruz
Corte Mutual, Santa Cruz
Epílogo: Alejandro Falabella.
En definitiva, el hombre siempre ha buscado a través de la historia tanto en sus artes como en sus formas de habitar, diseñar con gran carga expresiva. Ya sea influenciados por cuestiones históricas, creencias religiosas, simbolismos de toda índole, pensamientos filosóficos, e infinidad de motivos tangibles o intangibles. Esta actitud que es una necesidad humana de expresarse, nos ha legado un panorama cultural de lo más rico y variopinto.
En definitiva, el hombre siempre ha buscado a través de la historia tanto en sus artes como en sus formas de habitar, diseñar con gran carga expresiva. Ya sea influenciados por cuestiones históricas, creencias religiosas, simbolismos de toda índole, pensamientos filosóficos, e infinidad de motivos tangibles o intangibles. Esta actitud que es una necesidad humana de expresarse, nos ha legado un panorama cultural de lo más rico y variopinto.
Imaginemos
a Kandinsky y lo tremendamente revolucionario de su obra en 1927 a pocos años
del final del horror de la 1era Guerra Mundial, y ya habiendo pasado de ello
casi un siglo...¿qué es lo que nos queda por innovar? Si estuviésemos tomando
hoy su obra como modelo, seriamos muy arriesgados y polémicos con nuestros
resultados arquitectónicos...pero...¡estaríamos atrasando un siglo!
Y
entonces aparece la pregunta sin respuesta, ¿Cómo podemos ser innovadores si
pareciera que ya está todo dicho, probado, inventado?
En nuestro
camino elegido, deambularemos en la incertidumbre del abismo de la hoja en
blanco, que ya no esta tan en blanco porque descubrimos figuras pertinentes y
consagradas representativas que nos echan algo de luz sobre al menos, con que
elementos podemos contar para empezar nuestra búsqueda, con ello intentando no
reeditar, mucho menos copiar.
Es
posible que los resultados finales de nuestra arquitectura termine pareciéndose
de algún modo a algo ya existente, es un riesgo asumido, pero de lo que no hay
duda es que este resultado final será único y además, honesto.
Citas bibliográficas
(1) Principio de Copérnico y
principio Cosmológico.
(2) Axiología, el estudio del valor.
(2) Axiología, el estudio del valor.
(3) Vitruvio, De Architectura.
(4) Summerson, El lenguaje
clásico de la arquitectura de Alberti a Le Corbusier; y Norberg Schulz, El
significado de la Arquitectura Occidental.
(5) Argan, El concepto del espacio arquitectónico, desde el Barroco a nuestros
días; y Norberg Schulz, El significado de la Arquitectura Occidental
(6) Por ejemplo la
teoría física de los campos (fields) que postula que un campo es una
entidad que tiene un valor determinado para cada punto del espacio y tiempo.
Arq. Gabriel Santaren
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