martes, septiembre 09, 2008

Monomaterial














El inverosímil impostor Tom Castro. En el famoso cuento del famoso escritor, Tom Castro decide hacerse pasar por un militar de alto rango desaparecido en el mar. Para lograr su propósito evita recurrir a la imitación de la imagen estereotipada del personaje a imitar. Y por un tiempo, lo logra.

Castro, que es la ciudad de donde el personaje arma su seudónimo, cayó en la impostura. La iglesia de Castro se propuso a sí misma como una inverosímil construcción neo-renacentista en madera. Entonces se puede ver como unos estupendos carpinteros lograron hacernos creer que los arcos, bóvedas, y cúpulas existían. Que eran macizos los componentes de ese interior. Pera la madera no estaba pintada ni revocada. Se veían todas las tablas.
En la isla de Chiloé en el sur de Chile se hizo y se sigue haciendo el ejercicio de la monomaterialidad. Los barcos, las casas, las comisarías y las iglesias son de madera.

El constructor que estaba ampliando su casa acercó su barco para, al mismo tiempo, repararle la cabina.
Con mayores o menores grados de impostura estos constructores lograron llevar el material hasta sus propios límites, un conocimiento que se haya en el trabajo con la mano.
Les dejo unas fotos.

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